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OBERTURA DE EL MURCIELAGO (JOHANN STRAUSS II)


Johann Strauss II nació en Viena el 25 de Octubre de 1825. Respondió rápidamente a la música sin importarle las contradicciones de su padre. Su padre, Johann Strauss I, también compositor y conductor, no quería que sus hijos se envolvieran en la difícil y estresante vida de la música. Cuando el padre de Johann lo escuchó practicar con el violín, le arrebato el instrumento guardándolo fuera del alcance del muchacho. Al día siguiente la madre de Johann compró un violín e hizo algunos arreglos para que él pudiera practicar en la casa de un amigo. El joven Johann estudió violín y piano, llegando a la composición cuando tenía alrededor de diez y seis años. Primeramente compuso música para la iglesia, pero después se destaco dirigiendo y componiendo valses y polcas.
A la edad de los diecinueve, Strauss condujo por primera vez en una noche de baile. El tocó algunos de sus valses y otros de su padre, los cuales fueron recibidos con mucha aceptación. El aplauso fue tan generoso que tuvo que tocar una de sus piezas musicales diecinueve veces. Strauss decidió tomar una gira en Europa la cual le ayudó a establecer una gran reputación. El toque elegante del artista y la viveza de su música capturaron la admiración tanto de serios compositores de su tiempo así como del público en general. En 1872, el artista hizo un viaje especial a Boston donde condujo un concierto de 20, 000 cantantes y varias orquestas. Olvidándose de las pasadas discrepancias, él y su padre continuamente conducían sus propias orquestas compartidos conciertos. Los valses de Johann Strauss II se convirtieron en piezas muy populares que se escuchaban y tocaban internacionalmente aun sin la existencia de la radio u otro medio de difusión.
En 1862, Strauss se unió matrimonialmente con la cantante de opera Jetty Treffs, quien sirvió de gran inspiración para él. Cuando el compositor Jacques Offenbach visitó a Johann y le dijo que debería escribir operetas, Strauss muy respetuosamente le contestó que su música no era apropiada para la plataforma. Jetty tomó seriamente la sugerencia de Offenbach y secretamente le hizo arreglos vocales a la música de su esposo. La cantante de ópera cantó los tonos de Strauss convenciéndolo de que él podía escribir operetas. Un poco después, él comenzó a escribir operetas por lo que vino a ser su periodo más creativo. Fue durante éste tiempo que él escribió la famosa opereta Die Fledermaus.
Las dos primeras operetas de Strauss nunca fueron presentadas, pero la tercera, Indigo y los Cuarenta Ladrones, fue de gran triunfo. El público genuinamente adoraba su música. Die Fledermaus se estrenó el 5 de Abril de 1874 en el teatro an der Wien en Viena, Austria. Aunque sus primeras producciones fueron un poco decepcionantes, las obras subsecuentes dieron a la ópera el triunfo que se merecía. Gustav Mahler, el famoso compositor y conductor, fue de gran instrumento en llevar Die Fledermaus a una establecida casa de ópera en 1894. La primera presentación fue en la Casa Metropolitana de Opera el 16 de Febrero de 1905, la cual abrió las puertas a la tradición de presentar famosos artistas en la fiesta del Príncipe Orlofsky en el Acto II. No menos de veintinueve artistas, incluyendo el famoso tenor Enrico Caruso, aparecieron en la plataforma para tal escena.
La esposa de Strauss, Jetty, murió en 1878, dejando al compositor devastado sin fuerzas para trabajar o concentrase. Un pequeño matrimonio con la bonita y joven cantante Angélica Dietrich fue un desastre: ella tenía más interés en su fama y dinero que en la relación. Después de algunos anos Angélica se fue con uno de los amigos de Johann. El compositor finalmente se casó con Adele Deutsche, la viuda del hijo de uno de sus viejos amigos, quien le trajo felicidad por el resto de su vida.
Strauss fue un famoso prolífico compositor. Durante el curso de su vida compuso 479 piezas de baile, 16 operetas, y una ópera. Cuando nuevas ideas musicales le venían a su mente y no tenía su cuaderno para escribirlas, usaba partes de su camisa, billetes, el periódico, o cualquier otra cosa que tuviera en sus manos. Por cierto, el famoso puente en el vals Blue Danube fue primeramente apuntado en el collar de su camisa. Wagner llamó a Strauss, "el más brillante en la música que he conocido." Cuando una orquesta le llevó serenata a Johann el día de su cumpleaños en 1876, Wagner solicitó los valses de Strauss, se entusiasmó tanto que aprovecho la ocasión para dirigir Vino, Mujeres y Canión él mismo.
Sobre todo, Strauss fue muy amado y apreciado por el publico de Viena. En 1894, cuando la ciudad celebró los cincuenta años de la primera presentación de Johann, un gran grupo de personas se reunió cerca del viejo balcón del compositor. Emocionado, Strauss les dijo: "Si en verdad tengo talento, le doy gracias sobre todo a mi amada Viena por él!"
Strauss continuó componiendo música hasta que murió de neumonía en 1899.
Johann Strauss compuso con "El murciélago" su obra maestra. Cada número musical se convirtió en un gran éxito. La única duda que podría plantearse es el género al que pertenece esta obra. Ante todo, a la ópera cómica, que se aproxima en muchos puntos a la opereta, la zarzuela española y la comedia. Cualquiera que sea el género en que se sitúe El murciélago, es la culminación de la opereta. La Hofoper de Viena, y de acuerdo con ella muchos otros templos serios de las Musas, la declararon ópera cómica para poder incluirla en su programación. El caso es que es de las mejores. Rebosa humor e ingenio, energía y alegría de vivir. Las ocurrencias se suceden sin descanso y cada una es de un arte exquisito. También son brillantes los papeles de los artistas; plantean grandes exigencias y muchos están a la altura de los cantantes de ópera. En la música de El murciélago se expresa como en ninguna otra obra la infinita magia de una ciudad y de una época, que a decir verdad tenían numerosos problemas sin solución, pero rebosaban capacidad creativa y optimismo.
El estreno de "El murciélago" tuvo lugar en un momento sumamente desfavorable. Una gran crisis económica sacudía a Austria, y pocos meses antes, el Viernes Negro, se había derrumbado la Bolsa de Viena y había arrastrado al abismo a varias fortunas aparentemente sólidas. El 5 de abril de 1874 reinaba en el Theater an der Wien un ambiente apocalíptico que ni siquiera El murciélago podía cambiar. Hubo sólo 17 representaciones, una cantidad casi ridícula para el célebre Johann Strauss y que parecía un peligroso fracaso. En los demás países que representaron en seguida El murciélago, la obra obtuvo el éxito rotundo que merece. Se convirtió en una de las obras más ejecutadas de ese género alegre y ligero que es tan difícil interpretar bien.


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