miércoles

MESSE DE NOTRE DAME (GUILLAUME DE MACHAUT)


En la Europa de los siglos XIV y XV surgieron dos estilos musicales que se denominaron ars antiqua y ars nova. La diferencia entre ambos fue el refinamiento métrico del segundo, que alcanzó más precisión rítmica en la escritura, pudiendo trazar de esa manera un entramado polifónico más complejo. Los géneros característicos del ars antiqua, relacionado con la escuela de Notre Dame, son el organum, el rondó, el conductus, el hoquetus y, en especial, el motete primitivo. 
 
En 1280 Franco de Colonia introdujo un nuevo tipo de grafía rítmica que subsistió hasta el siglo XVI, la notación mensurable. Un ejemplo español destacado son los Códices de Huelva. El ars nova nació en París y propone una innovación en la manera de componer los motetes, introduciendo técnicas cíclicas como la talea y el color. Los creadores más destacados de la época son Philippe de Vitry y Guillaume de Machaut, reconocido por su misa profana del Hombre Armado. Motete Tiene su origen en las cláusulas o pausas que en estilo de discanto se intercalaban en un organum. Luego esas cláusulas cobraron vida, recibiendo textos distintos para cada voz. 
 
Esta técnica pronto cubrió el continente. La pluralidad textual le permitía el agregado de textos profanos en convivencia sonora con los sagrados. El material básico, la línea del tenor, ya no provenía sólo de la liturgia, y podía ser una canción trovadoresca. La conjunción de voces producía un efecto sonoro y semántico asombroso. 
 
A fines del siglo XIII surgieron dos variantes, una con una voz superior en ritmo rápido y el tenor muy lento, cuyo mejor ejemplo lo compuso Petrus de Croce, y otro tipo de motete en el que las voces progresan a un ritmo prácticamente igualado. La misa de Machaut ha pasado a la historia por ser la misa cíclica más antigua que se conoce, escrita por un único compositor.